El crecimiento y la calidad
de los pastos pueden variar considerablemente de acuerdo con el manejo a que
son sometidos, con efectos favorables o no en dependencia de la especie de
planta y las condiciones edafoclimáticas donde se desarrollan. Se destacan
entre ellos la altura de corte o pastoreo, la carga animal y el tiempo de
estancia, entre otros. Todos serán descritos a continuación.
Frecuencia y altura de corte
o pastoreo
En la utilización de los
pastos y forrajes, la altura y el momento de la cosecha constituyen elementos
básicos en su manejo, por la influencia que estos ejercen en su comportamiento
morfofisiológico y productivo. Numerosos experimentos se han realizado donde se
estudia la edad y altura de corte o pastoreo con el propósito de profundizar en
los diferentes mecanismos relacionados con la defoliación y el rebrote así como
en sus respuestas. Todos están directamente relacionados con la acumulación y distribución
de los asimilatos en sus diferentes órganos, con el balance de reservas y
velocidad de rebrote.
Bajo condiciones de corte,
Ramos, et al (1987), en un estudio dinámico del crecimiento de Cynodon
nlemfuensis con tres niveles de nitrógeno (0, 200 y 400 kg N/há/año) y tres
edades de corte, encontraron que, en la medida que aumentó la edad de corte, la
altura y la acumulación de masa seca, aumentaron de forma significativa,
recomendándose cortar entre la 5 y 6 semanas con dosis de 200 a 400 kg N/há/año,
ya que permitió alcanzar los máximos valores de densidad y rendimiento. Tergar,
et al. (1988) evaluaron tres frecuencias de cortes (35, 45 y 55 días) en el
rendimiento de C. dactylon coast cross-1, C. nlemfuensis, D. Pentzzi y P.
maximum en un suelo oscuro plástico gleyzado en Puerto Rico; informaron que a
los 35 días de edad sólo C. dactylon coastcross-1 y D. pentzzi expresaron el
máximo crecimiento con valores de hasta 62.0 Kg MS/há/día, mientras que el
resto lo hicieron a los 45 días con 63, 64.5 y 47.6 KgMS/há/día para C.
nlemfuensis, P. maximum y C. plectostachyus, respectivamente.
En estudios más recientes,
Escobedo, et al (1992), en Panicum maximum encontraron que la acumulación de
masa seca total y sus componentes estructurales variaron significativamente con
la edad de rebrote, señalando como momento óptimo para su utilización entre 5 y
6 semanas de rebrote en lluvia y seca, respectivamente. En especies del género
Pennisetum, Martínez (1995) informó que éstas manifiestan un crecimiento rápido
desde edades muy tempranas, alcanzando su máxima velocidad a las 4 semanas y su
rendimiento máximo a las 20, con valores de 23.0 a 30 t MS/ha, dependiendo de
la variedad.
El comportamiento de la tasa
de crecimiento y el máximo rendimiento para diferentes especies tropicales bajo
riego y fertilización en dos tipos de suelo en nuestro país, cuyos resultados
demuestran que cada especie presenta un comportamiento particular en su
dinámica de crecimiento con respuestas variables según el tipo de suelo y
condiciones de manejo.
En condiciones de pastoreo
la dinámica de crecimiento no sólo depende de las variaciones del clima y el
suministro de nutrientes, sino de la acción de los animales en el pastoreo,
cuyas interacciones son numerosas y complejas, con respuestas morfológicas y
fisiológicas variables, en dependencia del hábito de crecimiento, mecanismos de
propagación y persistencia, y del sistema de manejo empleado en su explotación.
En sistemas rotacionales,
Blanco (1995), en el estudio del crecimiento de Panicum maximum y Andropogon
gayanus, encontró similares respuestas en la acumulación de masa seca según la
edad de rebrote, pero con diferencias en su cinética de crecimiento, así como
en las relaciones con sus componentes morfológicos. El porciento de hojas, el perímetro
y diámetro de las macollas fueron las variables que más se correlacionaron. En
Cynodon nlemfuensis, manejado bajo alta intensidad de pastoreo, Del Pozo (1998)
informó un aumento en la masa seca total y el de sus componentes morfológicos
con el aumento de la edad y a partir de los ajustes encontrados en los cambios
de masa seca total, señaló que la máxima velocidad de crecimiento se registró
en la 3 y 4 semanas, con valores de
0.599 y 0.243 t MS/há/ semana en
lluvia y seca, respectivamente.
El aumento de la edad de
rebrote provoca cambios significativos en los componentes solubles,
estructurales y la digestibilidad de los pastos, lo cual hace que su valor
nutritivo disminuya con el avance de la edad, cuya tasa de reducción es mayor
en las gramíneas que en las leguminosas. Es oportuno señalar que bajo
condiciones de pastoreo estos cambios en el tiempo se producen de forma
diferente, estando relacionado directamente con la cantidad y composición
estructural del material residual después del pastoreo y a través del período
de crecimiento.
Independientemente de que
los tallos jóvenes contienen altas concentraciones de fracciones solubles y su
digestibilidad puede ser igual o superior a las hojas, la calidad se reduce más
rápidamente con el aumento de la madurez de la planta. Sin embargo, su
utilización a edades tempranas también provoca efectos negativos no sólo por la
baja concentración de materia seca y nutrientes, sino por poseer un contenido
de reservas en las partes bajas de los tallos y raíces de la planta que no le
permite un adecuado rebrote y crecimiento vigoroso después del corte o el
pastoreo.
Teniendo en cuenta los
aspectos antes discutidos, es importante buscar un adecuado balance entre el
rendimiento, la composición química y el contenido de reservas en las partes
bajas y subterráneas de los pastos, que permitan una máxima persistencia y
utilización. La altura de corte o pastoreo es un elemento determinante en la
dinámica de crecimiento de los pastos, por su estrecha relación con la remoción
de los puntos de crecimiento que ocurren durante la cosecha y el balance de
carbohidratos de reservas.
Cuando el corte o pastoreo
se efectúa a bajas alturas, el crecimiento vegetativo se afecta severamente en
la primera fase o etapa de crecimiento, debido a que la planta no dispone de un
área foliar remanente capaz de efectuar una fotosíntesis activa que le permita
una adecuada conversión de energía lumínica en biomasa, dependiendo el
crecimiento en esta etapa de las reservas orgánicas de la planta.
La morfología y el hábito de
crecimiento de las especies tienen una gran influencia en la interrelación
entre la defoliación, el IAF residual y la capacidad de intercepción de la luz,
con respuestas diferentes en cada especie de acuerdo con el manejo impuesto.
En un estudio efectuado por
Paez, et al (1995), donde evaluaron diferentes frecuencias (15, 30, 45 y 60
días) y alturas de cortes (20, 40 y 60 cm) en el crecimiento y distribución de
la biomasa aérea de Panicum maximum, se señaló que las alturas de 40 y 60 cm proporcionaron
una mayor fracción residual de hojas y por ende un área fotosintéticamente
activa y una menor movilización de fotoasimilatos desde las raíces. En especies de hábito de crecimiento
rastreras se han reportado comportamientos similares. No obstante, Mislevy y
Pate (1996) y Del Pozo (1998) señalaron que éstas pueden ser cosechadas a bajas
alturas y de forma frecuente, sin que afecte su dinámica de crecimiento,
productividad y persistencia, debido a las características que presenta su
sistema asimilativo y la mayor cantidad de puntos de crecimiento no afectados
por el corte o los animales en el pastoreo.
Algunos autores discrepan
sobre la aplicabilidad del índice de área foliar (IAF) como indicador de la
capacidad de rebrote en especies donde se hace menos crítico para el
crecimiento inicial, debido a que gran parte de las reservas orgánicas pueden
ser utilizadas para el mantenimiento de estas estructuras y, de esta forma, los
asimilatos disponibles para la formación de los nuevos tejidos son afectados por un período de tiempo más
prolongado. No obstante, consideramos que se debe continuar investigando en
este sentido, ya que las respuestas pueden ser variables en dependencia de
la(s) especie(s) y el manejo a que sea sometido el pastizal.
Es importante señalar que
los efectos de la altura de corte o pastoreo en el crecimiento de los pastos
son más severos, tanto a corto o a largo plazo, cuando se realizan muy cerca de
la superficie del suelo y de manera frecuente.
Carga y tiempo de estancia
En los sistemas de
producción basados en pastos, la carga animal es la variable más importante en
el manejo que determina la productividad por animal y por área (Jones y
Sandland, 1974.). Su efecto fundamental es a través de los cambios que se
producen en la disponibilidad y el consumo de los pastos con influencias
marcadas en la estructura y composición química de la planta, lo cual repercute
directamente en su fisiología.
En los trabajos donde se
estudió la influencia de estos factores en el crecimiento y productividad de
los pastizales, comúnmente el término que se utiliza es intensidad de pastoreo,
referido como la cantidad de material residual después del pastoreo, nivel de
oferta de pasto y la cantidad de animales que pastan simultáneamente durante
una ocupación. Ello obedece a la relación que éstas poseen con el grado de
intensidad con que son defoliados los pastizales y la capacidad de rebrote de
los pastos.
No obstante, es oportuno
señalar que el término intensidad de pastoreo (UGM días/há) no indica una relación
entre el pasto y el animal como lo hace la presión de pastoreo, la cual nos
expresa la cantidad de masa seca disponible de pasto por cada 100 Kg de peso
vivo por día. El aumento en la intensidad de pastoreo reduce el área foliar
residual y, por ende, el crecimiento del pastizal, a través de una menor tasa
de crecimiento y una mayor necesidad en la movilización de las reservas,
situación que varía en dependencia de la especie de planta y el grado de
intensidad con que son defoliados.
Fales, et al (1995)
encontraron en Dactylis glomerata (L) y Poa pratensis (L) manejados bajo un
sistema rotacional con tres intensidades de pastoreo (35; 49 y 53 vacas días /
ha) un efecto positivo en la tasa de crecimiento y acumulación de masa seca
neta y en la calidad, asociado esto último a una reducción en la cantidad de
material senescente y área rechazada por los animales en el pastoreo, cuando se
aumenta la intensidad de pastoreo. En especies tropicales, Turner y Seastedt
(1993) hallaron similares respuestas y destacaron el papel negativo que
desempeña una alta frecuencia de pastoreo cuando los niveles de intensidad son
altos, principalmente en la acumulación de las reservas y en la biomasa aérea
de las plantas. Por otra parte, informaron la capacidad que poseen estas
especies para compensar los efectos de la alta intensidad de pastoreo y
señalaron el aumento de la tasa de expansión foliar, índice de área foliar y
asimilación neta como respuesta a la alta intensidad de defoliación; situación
similar encontraron Chacón-Moreno, et al (1995) en Panicum maximun. Maraschin
(1996) señaló que los efectos de la defoliación en la fotosíntesis, fijación de
carbono y translocación y empleo de los carbohidratos de reserva son de
carácter transitorio, cuya duración en Cynodon dactylon puede alcanzar hasta 7
días. En Cynodon nlenfuensis, Del Pozo (1998) encontró que la dinámica de
utilización de las reservas de carbono y su capacidad fotosintética en la
planta varió en dependencia del grado de intensidad de pastoreo con que fue
manejado el pastizal.
Lemarie y Chapman (1996)
argumentaron que para que ocurra un balance positivo en la asimilación del
carbono debe estar reestablecida la capacidad fotosintética del pastizal en sus
hojas remanentes y en crecimiento después del pastoreo, así como la presencia
de zonas meristemáticas activas que le permitan a la planta la formación de un
nuevo sistema foliar. González y Yanes (1995) en Cynodon nlemfuensis,
informaron que los efectos más marcados de la intensidad de pastoreo en el
rendimiento de la biomasa ocurrieron cuando las condiciones climáticas fueron
favorables para el crecimiento del pastizal, registrando los mayores contenidos
de nutrientes cuando los niveles de intensidad fueron altos con valores de
proteína bruta y digestibilidad de la materia orgánica en sus hojas y tallos de
hasta 14.06, 8.04 y 47.43 y 40. 42%, respectivamente.
En Cuba, Reyes, et al (1995)
informaron similar comportamiento en esta misma especie en las variables de
rendimiento de biomasa y en su estructura morfológica, al aumentar la
intensidad de pastoreo desde 150 hasta 450 UGM días / há. Del Pozo, et al
(1997a y b) encontraron un efecto favorable en el desarrollo morfológico y
composición química en sus hojas y tallos bajo semejantes condiciones
experimentales y argumentaron la necesidad de manejar la intensidad de pastoreo
y la edad de rebrote como un sistema debido a las interacciones encontradas
entre ambos efectos para cada indicador estudiado.
Esto último esclarece, en
parte, los resultados contradictorios informados en la literatura sobre el
efecto de la intensidad de pastoreo en el comportamiento productivo de los
pastizales, ya que en su gran mayoría parten de diseños experimentales donde no
consideran el estado fisiológico de la planta como un efecto.
Por otra parte, debemos
señalar que las respuestas productivas en los pastizales por el aumento de la
intensidad de pastoreo no son proporcionales con el nivel de oferta a los
animales, de ahí que dicha técnica deba manejarse de forma tal que no
comprometa el equilibrio suelo-planta-animal en los sistemas y, de esta forma,
aprovechar las mejoras que ella produce en los indicadores morfofisiológicos y
de calidad en los pastizales, independientemente de las que ofrecen a los
suelos por el aporte de orina y excreta.
Con respecto al tiempo de
estancia y ocupación la información, es más limitada y la existente está
relacionada con su efecto en la producción animal, cuyos resultados principales
aparecen en los experimentos en producción de leche, fundamentalmente en estudios
de sistemas de pastoreo. Semejantes resultados bajo las condiciones de Cuba, se
informan por Senra, et al (1985), quienes argumentaron que independientemente
de los días de ocupación, la variación en la producción de leche diaria estará
más relacionada con la disponibilidad y calidad de los pastos al entrar los
animales al potrero; ya que no ocurrirán disminuciones en la producción hasta
que la oferta no esté por debajo del límite de máxima selección y consumo.
Además, este mismo autor señaló (Senra, 1993) que el tiempo de ocupación podrá
ser de 6 a 7 días y los ligeros efectos del consumo de los rebrotes tiernos
podrá ser compensado, permitiéndole el tiempo de reposo óptimo al pastizal.
Pedro Pablo del Pozo
Rodríguez. 2004. Anuario Nuevo, Universidad Agraria de La Habana, Cuba.
muchas gracias, esto si que me ayudó bastante a aclarar mi dudas ..... espero que todo estén bien,,,....
ResponderEliminar